FALSAS CONCEPCIONES DEL LIBRE COMERCIO

Hoy se dice que con la apertura que se deriva de la globalización todo es diferente, y se necesita de un nuevo paradigma. Lo cierto es que los aspectos básicos de la economía internacional no han cambiado: el comercio es sencillamente otra actividad económica, sujeta a los mismos principios, como cualquier otra cosa. Otra falsa concepción es que los países compiten entre ellos de la misma manera que las empresas del mismo negocio están en competencia. Los ciudadanos deben comprender que el comercio internacional no es acerca de competencia, sino acerca de relaciones de intercambio mutuamente beneficiosas. Inclusive es necesario comprender más fundamentalmente que son las importaciones, y no las exportaciones, el propósito del comercio. Lo que un país gana del comercio es la habilidad para importar las cosas que quiere. Las exportaciones no son un objetivo en sí mismas: la necesidad de exportar es la carga que un país debe soportar para atender la demanda de pago de sus proveedores de importaciones. Es necesario entender que la alta productividad es beneficiosa, no porque ayuda a un país a competir con otros países, si no porque permite a un país producir más y consiguientemente consumir más. Esto es verdad tanto en una economía cerrada como en una abierta.