CRISIS CAMBIARIA

Desde el año 2003 está vigente en Venezuela un rígido control de cambios. Cerca del 60 por ciento del movimiento de divisas ha estado controlado por el gobierno mediante la estatal Comisión Administradora de Divisas (CADAVI). De forma paralela funcionaba un mercado libre, llamado mercado de permuta, que completaba las necesidades de moneda extranjera. El tipo de cambio existente en el mercado libre, que es superior al oficial fijado por el gobierno venezolano, tiene incidencia directa en el precio de la mayoría de bienes de consumo que se importan. En enero de este año se devaluó el Bolívar, y en el tipo de cambio en el mercado libre se duplicó; a pesar de ello, continuó la inestabilidad cambiaria. El pasado 16 de mayo, la Asamblea Nacional de Venezuela aprobó la reforma legal que elimina el mercado de permuta; será sustituido por un sistema de bandas cambiarias administrado por el Banco Central. El gobierno ha pasado a controlar la totalidad del mercado de cambios. Tanto la realidad vivida por muchos países, como la evidencia teórica, muestran que es muy difícil sostener en el tiempo un Tipo de Cambio administrado por el gobierno; menos aún si no hay disciplina fiscal. Llega un momento en el que se agotan las reservas internacionales que mantienen el precio de la divisa, y se tiene que dar paso a una gran devaluación que tiene consecuencias negativas sobre inflación, crecimiento y desempleo; así como inevitables repercusiones sociales y políticas. Esta es la llamada Crisis Cambiaria y, un país como Venezuela, que ha sido de los más beneficiados por el alto precio de petróleo, seguramente enfrentará en los próximos meses. En el Ecuador, antes de la dolarización, lo común era la inestabilidad cambiaria. En nuestro país se aplicó el control de cambios, hubo macrodevaluaciones, mininedavualciones, bandas cambiarias, flotación controlada, etc. Se utilizaron todas las herramientas disponibles, pero no se eliminó ni la incertidumbre ni la especulación. Debemos reconocer que: con la dolarización, hemos dejado atrás, ojalá para siempre, situaciones como las que está enfrentado Venezuela. Definitivamente es preferible no tener Política Cambiaria, a que los gobiernos la utilicen de forma inadecuada. (Tomado de la página web)