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LOS SUELDOS

Por: Tema(s): En: El Telégrafo 15 sep. 2003, p. A. 4Resumen: La necesidad de que la tabla salarial ascienda a niveles similares a las de los países a los que copiamos bajo el fingimiento de estar "globalizándonos" no puede admitir plazas de privilegio, puesto que éstas son los que ocasionan una mala distribución de recursos. Concretamente me refiero a quienes viven de la burocracia dorada que se forjaron por viveza y lograron afianzarla por la cobardía, o participación, de quienes indolentemente administraron las empresas estatales y debieron de haber tenido mejor criterio.¿Qué solución aplican los que no pueden sufragar mejores salarios? Pues, no les queda más: Deben bajar en el escogimiento de sus colaboradores sus estándares de capacidad. Y estoy convencido de que, sin restarle importancia a otros factores, tales como: incremento de costos por energía, tributos excesivos, falta de seguridad física y jurídica, ésta disminución en la exigencia de la excelencia del elemento persona pesa mucho en contra de la tan cacareada competitividad. El único camino natural es la creación de un mercado que demande recursos humanos. ¡Resucitar al sistema productivo! Se cumpliría automáticamente la ley indisputable de que a mayor demanda, superior precio; en nuestro caso sueldos prósperos.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO El Telégrafo. 15 sep. 2003, p. A. 4 Disponible

La necesidad de que la tabla salarial ascienda a niveles similares a las de los países a los que copiamos bajo el fingimiento de estar "globalizándonos" no puede admitir plazas de privilegio, puesto que éstas son los que ocasionan una mala distribución de recursos. Concretamente me refiero a quienes viven de la burocracia dorada que se forjaron por viveza y lograron afianzarla por la cobardía, o participación, de quienes indolentemente administraron las empresas estatales y debieron de haber tenido mejor criterio.¿Qué solución aplican los que no pueden sufragar mejores salarios? Pues, no les queda más: Deben bajar en el escogimiento de sus colaboradores sus estándares de capacidad. Y estoy convencido de que, sin restarle importancia a otros factores, tales como: incremento de costos por energía, tributos excesivos, falta de seguridad física y jurídica, ésta disminución en la exigencia de la excelencia del elemento persona pesa mucho en contra de la tan cacareada competitividad. El único camino natural es la creación de un mercado que demande recursos humanos. ¡Resucitar al sistema productivo! Se cumpliría automáticamente la ley indisputable de que a mayor demanda, superior precio; en nuestro caso sueldos prósperos.

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