FRENO AL ABUSO
Tema(s): En: Expreso 12 jun. 2003, p. 4Resumen: La pugna que se produjo en el Ministerio de Energía y Minas no terminó, como hubiese sido lo lógico, con la renuncia del entonces Presidente Ejecutivo de la Empresa Estatal Petróleos del Ecuador (PETROECUADOR), sino que más bien avivó los enfrentamientos y los problemas en discusión adquirieron ribetes inaceptables, lo cual, además, puso de manifiesto que los abusos del sindicalismo del sector público, están liquidando la economía del país y su ordenamiento legal constitucional. Como en las discusiones de los contratos colectivos prácticamente no hay la contraparte que represente al Estado, los sindicatos del sector público en general, no únicamente los del sector petrolero, el eléctrico, el Banco Central del Ecuador, las Superintendencias, el sector de la salud, y en el de la educación que son los más notorios, han formado una clase privilegiada, sino dominante. La situación es sumamente grave y si no se reacciona a tiempo para frenar las exageraciones del sindicalismo del sector público, hemos de soportar daños irreversibles.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Expreso. 12 jun. 2003, p. 4 | Disponible |
La pugna que se produjo en el Ministerio de Energía y Minas no terminó, como hubiese sido lo lógico, con la renuncia del entonces Presidente Ejecutivo de la Empresa Estatal Petróleos del Ecuador (PETROECUADOR), sino que más bien avivó los enfrentamientos y los problemas en discusión adquirieron ribetes inaceptables, lo cual, además, puso de manifiesto que los abusos del sindicalismo del sector público, están liquidando la economía del país y su ordenamiento legal constitucional. Como en las discusiones de los contratos colectivos prácticamente no hay la contraparte que represente al Estado, los sindicatos del sector público en general, no únicamente los del sector petrolero, el eléctrico, el Banco Central del Ecuador, las Superintendencias, el sector de la salud, y en el de la educación que son los más notorios, han formado una clase privilegiada, sino dominante. La situación es sumamente grave y si no se reacciona a tiempo para frenar las exageraciones del sindicalismo del sector público, hemos de soportar daños irreversibles.
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