LOS EXTREMISMOS NOS ALEJAN DEL DESARROLLO
Tema(s): En: Hoy 19 jun. 2002, p. A.4Resumen: Los viejos conceptos de la eficiencia en el sector público y en el privado deben ser revisados, al menos por algunos compatriotas. No es verdad que lo público es ineficiente y lo privado es eficiente, los ejemplos de eficiencia e ineficiencia los hay en ambos sectores. No obstante, la gran diferencia la brindan los incentivos de ambos sectores que son diametralmente distintos. Mientras en la actividad privada existe un capital de riesgo aportado por un inversionista, lo que significa una necesidad de evaluar resultados y un objetivo de recuperar en cierto tiempo el monto invertido, en el mundo público este factor no existe. Desgraciadamente en la actividad pública el sentimiento de pertenencia y de riesgo se torna difuso, con lo que también lo son los incentivos para obtener resultados favorables. Existen definitivamente ejemplos exitosos de administraciones públicas, pero lamentablemente son más la excepción que la regla. Desprendámonos de tanta atadura mental, seamos racionales y realistas y dejémonos de tanto parroquianismo dañino que nos rezaga del desarrollo y del mundo para que seamos dignos de llamarnos un país en 'vías del desarrollo'.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 19 jun. 2002, p. A.4 | Disponible |
Los viejos conceptos de la eficiencia en el sector público y en el privado deben ser revisados, al menos por algunos compatriotas. No es verdad que lo público es ineficiente y lo privado es eficiente, los ejemplos de eficiencia e ineficiencia los hay en ambos sectores. No obstante, la gran diferencia la brindan los incentivos de ambos sectores que son diametralmente distintos. Mientras en la actividad privada existe un capital de riesgo aportado por un inversionista, lo que significa una necesidad de evaluar resultados y un objetivo de recuperar en cierto tiempo el monto invertido, en el mundo público este factor no existe. Desgraciadamente en la actividad pública el sentimiento de pertenencia y de riesgo se torna difuso, con lo que también lo son los incentivos para obtener resultados favorables. Existen definitivamente ejemplos exitosos de administraciones públicas, pero lamentablemente son más la excepción que la regla. Desprendámonos de tanta atadura mental, seamos racionales y realistas y dejémonos de tanto parroquianismo dañino que nos rezaga del desarrollo y del mundo para que seamos dignos de llamarnos un país en 'vías del desarrollo'.
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