VERDADES Y ESPEJISMOS DEL PLAN EMPLEO Y CREDITO

Muchos interrogantes suscita la propuesta que ha hecho el Gobierno con este plan emergente de empleo y crédito. Desde aquellas que ven en la propuesta una aproximación todavía general, sin una precisión sobre los mecanismos que pondrá en práctica; hasta el lógico temor a la burocratización de programas teóricamente impecables que se van desmoronando en el camino por múltiples razones. También cabe preguntamos sobre los motivos profundos del plan: ¿responde a un intento serio por ir enfrentando la pobreza, o busca desactivar un conflicto social? La diferencia no es un capricho semántico, marca un modo de actuar, de planificar, de proyectar una acción. Si se trata de desactivar un conflicto social, el Gobierno buscará la vía populista de llegar a los pobres desarticulados, fragmentados, agradecidos. Si es un modo de enfrentar la pobreza, necesariamente habrá que fortalecer institucionalidades y organizaciones autónomas, independientes del Estado, fuertes, contestatarias, aglutinadoras de los pobres. La diferencia es, entonces, enorme. Tiene que ver con modos muy distintos de abordar la injusticia. Y eso no está claro en el Gobierno.