EL PETROLEO Y EL OLEODUCTO

El tema petrolero se mantiene en plano destacado en el mundo y, por supuesto, en Ecuador. Los precios interesan a todos los países, por uno u otro motivo, sean productores o consumidores, y en el caso ecuatoriano por constituir uno de los elementos más importantes en el rubro de ingresos del país. Para el caso ecuatoriano el precio del petróleo conviene que se mantenga en límites razonablemente altos y que no sea un fenómeno pasajero, sino estable. Es necesario adoptar las precauciones del caso. Lo peor que le puede suceder a Ecuador es un gasto desorganizado en la época de los precios altos. Está contemplado, inclusive, un fondo de estabilización y hay que cumplir con los mandatos de la ley y de la razón. Muchas veces no coinciden las esperanzas con las realidades y de allí la necesidad de proceder usando la cautela y el ahorro. Un tema íntimamente relacionado con el asunto petrolero en Ecuador es el nuevo oleoducto. Está en el tapete desde hace no menos de nueve años y ahora hay un esfuerzo mayor por llevarlo, por fin, a la realidad. La reflexión se refiere a la conveniencia de aumentar los niveles de exportación y para concretarlo se requiere ampliar la capacidad de transporte.