DRASTICA DISCIPLINA FISCAL
Tema(s): En: El Comercio 17 mar. 2002, p. A.4Resumen: La reducción del gasto fiscal en US 500 millones para el ejercicio económico del año 2002 constituye un inédito para las estructuras políticas, económicas y sociales del Estado. Esta exigencia, vinculada a los compromisos por celebrarse con el Fondo Monetario Internacional, se producen cuando existen una tendencia al crecimiento del gasto fiscal, que dista del equilibrio que se observó en el año pasado. El riesgo de este parámetro a que será sometido el país, para mantener vigente su crédito internacional, es que se castigue el gasto social y no ajusten otros rubros. El Gobierno debe buscar el equilibrio entre la disciplina fiscal y el costo social; de lo contrario, los últimos meses que le quedan pueden alterarse por intensas demandas sociales que quizá distorsionen el orden al que debe estar sometido el proceso electoral del último trimestre. Ojalá exista el consenso -político y social- para sentar las bases de una racionalidad en la gestión presupuestaria. No aceptar este mecanismo, en un sistema de dolarización, pondría en peligro la estabilidad macroeconómica del país en los próximos años.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
---|---|---|---|---|---|---|---|
Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 17 mar. 2002, p. A.4 | Disponible |
La reducción del gasto fiscal en US 500 millones para el ejercicio económico del año 2002 constituye un inédito para las estructuras políticas, económicas y sociales del Estado. Esta exigencia, vinculada a los compromisos por celebrarse con el Fondo Monetario Internacional, se producen cuando existen una tendencia al crecimiento del gasto fiscal, que dista del equilibrio que se observó en el año pasado. El riesgo de este parámetro a que será sometido el país, para mantener vigente su crédito internacional, es que se castigue el gasto social y no ajusten otros rubros. El Gobierno debe buscar el equilibrio entre la disciplina fiscal y el costo social; de lo contrario, los últimos meses que le quedan pueden alterarse por intensas demandas sociales que quizá distorsionen el orden al que debe estar sometido el proceso electoral del último trimestre. Ojalá exista el consenso -político y social- para sentar las bases de una racionalidad en la gestión presupuestaria. No aceptar este mecanismo, en un sistema de dolarización, pondría en peligro la estabilidad macroeconómica del país en los próximos años.
No hay comentarios en este titulo.