INJUSTICIA FISCAL

En dos decisiones contradictorias, el Gobierno propone un leve aumento de la justicia tributaria, pero mantiene y empeora graves iniquidades en el gasto público. La primera decisión es bajar el IVA, la segunda es mantener los subsidios a los combustibles. Sobre el IVA, la propuesta oficial es reducirlo en dos puntos (equivalentes a USD 400 millones de recaudación). También se ha anunciado que se mantendrá los subsidios a los combustibles, que representan un gasto total de USD 2300 millones, (USD1043 al diésel, USD 350 a la gasolina y USD 498 al gas). Según varios estudios, estos subsidios llegan en su gran mayoría a las capas medias y altas de la población. Son, por lo tanto, un gasto altamente injusto porque los pobres se benefician de él en una proporción muy pequeña. Desde hace cuatro años, los precios de los combustibles en el Ecuador no han variado, mientras que en el mercado internacional se han disparado (de la mano con el precio del petróleo). Este es el origen del subsidio que el Estado ecuatoriano concede a quienes tienen industrias, vehículos, piscinas, secadoras de ropa a gas, etc. y a quienes se dedican al contrabando de combustibles. Cabe recalcar que esas personas no son las más pobres del país. Para explicar una contradicción tan grande en la política fiscal de un gobierno que se dice de izquierda es necesario recurrir a un análisis que va más allá de lo económico. Hoy, con la consulta popular, la elección de asambleístas y la aprobación de la nueva constitución, el Gobierno no puede tomar ninguna medida impopular si quiere ganar esas tres elecciones. Han preferido los triunfos electorales a la justicia fiscal. Qué pena.