DEFICIT FISCAL Y MENTIRAS PIADOSAS
Tema(s): En: El Comercio 24 mar. 2001, p. A. 5Resumen: Paradojas de la economía: dos de los puntos fuertes del plan de competitividad de Domingo Cavallo para salvar su convertibilidad en Argentina, son el impuesto a las transacciones financieras y una sobretasa arancelaria. Justo las dos medidas que, en el caso ecuatoriano, el Gobierno desmontó para desfinanciar su dolarizado presupuesto en el 2001. En el caso del Ecuador si se pudiese omitir el problema financiero y bancario, y si fuera posible centrarse en la coyuntura del financiamiento del presupuesto fiscal para el 2001, se detecta inconsistencias atribuibles al gobierno: la eliminación del impuesto a la circulación de capitales y hacer le creer al país que la solución a la corrupción de las Aduanas se dará solo con su fusión con el Servicio de Rentas Internas; el Congreso también tiene su cuota de responsabilidad cuando se contenta con constatar el hueco fiscal pero no mueve un dedo para dar alternativas de ingresos. Nadie parece estar dispuesto a hacer ningún sacrificio ni a discutir constructivamente, peor a ofrecer salidas. ¿En qué parte se le olvidó al país y al Gobierno, que la dolarización en si misma no es una panacea, pues debe tener detrás de sí una economía real y sostenible, y que implantarla de verdad requería disciplina, sacrificio y compromiso?.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 24 mar. 2001, p. A. 5 | Disponible |
Paradojas de la economía: dos de los puntos fuertes del plan de competitividad de Domingo Cavallo para salvar su convertibilidad en Argentina, son el impuesto a las transacciones financieras y una sobretasa arancelaria. Justo las dos medidas que, en el caso ecuatoriano, el Gobierno desmontó para desfinanciar su dolarizado presupuesto en el 2001. En el caso del Ecuador si se pudiese omitir el problema financiero y bancario, y si fuera posible centrarse en la coyuntura del financiamiento del presupuesto fiscal para el 2001, se detecta inconsistencias atribuibles al gobierno: la eliminación del impuesto a la circulación de capitales y hacer le creer al país que la solución a la corrupción de las Aduanas se dará solo con su fusión con el Servicio de Rentas Internas; el Congreso también tiene su cuota de responsabilidad cuando se contenta con constatar el hueco fiscal pero no mueve un dedo para dar alternativas de ingresos. Nadie parece estar dispuesto a hacer ningún sacrificio ni a discutir constructivamente, peor a ofrecer salidas. ¿En qué parte se le olvidó al país y al Gobierno, que la dolarización en si misma no es una panacea, pues debe tener detrás de sí una economía real y sostenible, y que implantarla de verdad requería disciplina, sacrificio y compromiso?.
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