DEBATE ANUAL ¿FRUSTRACIOIN ANUAL?

Hace un año, cuando nos ahogaba la crisis, el debate presupuestario se centró en el incremento del impuesto al valor agregado (IVA). Y el nuevo presupuesto con el IVA elevado fue un desastre. Hoy estamos nuevamente abocados al debate presupuestario. A contrapelo de la afirmación de que no se contemplan incrementos en los impuestos, se anticipan elevaciones del IVA y de los precios de los derivados del petróleo; incrementos ocultos en la proforma y también programados en la Carta de Intención al FMI. El peso de la deuda pública, en su mayoría externa, demuestra que su servicio, pese a la verborrea de la renegociación de los Bonos Brady y en el Club de París, es la prioridad gubernamental, en tanto este es apenas inferior a la mitad de todos los egresos presupuestados, al tiempo que supera más de dos veces a todas las inversiones sociales, incrementadas para el año venidero a la quinta parte del Presupuesto; monto que por sí solo no implica una verdadera política social.