ESTRELLA FUGAZ

De repente, México ha dejado de ser el modelo. Hace apenas un año, los economistas y los financieros aclamaban el programa de privatización del país, que ascendía a US23.000 millones, como un ejemplo patente de lo que podía ser la privatización. Hoy en día, los expertos dicen que deshacer décadas de nacionalización y privatizar cientos de empresas creó más problemas que lo que habían previsto los gobernantes, y añaden que el gobierno mexicano debería haberse centrado más en quién compraba las compañías y menos en el precio que pagaban. También piensan que debería haber vigilado más después de las ventas, para asegurar que las empresas vendidas fueran por buen camino. Pero el gobierno no lo hizo, y el resultado fue que muchas compañías se vendieron a empresarios pocos expertos y mal preparados para la apertura de la economía impulsada por el TLC y para la crisis que siguió la devaluación del peso a finales del año pasado. En algunos casos, los errores provocaron problemas tan serios que el gobierno ha tenido que renacionalizar activos y compañías.