NO HAY EXCUSAS PARA SER POBRES
Tema(s): En: El Universo 28 mar. 2001, p. A.10Resumen: Los ajustes económicos siempre han sido para los gobiernos más cómodos que la modernización. Hemos vivido más de 20 años de ajustes por no ser capaces de llevar a cabo reformas estructurales de fondo. Mientras no haya privatización, seguiremos pagando la ineficiencia en los servicios básicos estatales y habrá déficit fiscales que siempre se resolverán con más ajustes. La dolarización no es una panacea y si bien nos permite una mejor planificación, también nos obliga a hacernos más eficientes y producir más con menos recursos, lo cual incluye asimismo al Estado y sus empresas, porque ya no se podrán cubrir ineficiencias con devaluaciones, o financiar déficit fiscales con impresión de moneda o venta de bonos del Estado que incrementan la ya altísima deuda interna y presionan el alza de las tasas de interés. La única salida está en el cambio de rumbo y de mentalidad de todos los grupos sociales que deben pensar más en función de país que en los intereses particulares, para crear un ambiente propicio que fomente la inversión interna y extranjera que redundará en nuevas plazas de trabajo y una mejora del estándar de vida de la población en general. La riqueza innata del país no nos da ninguna excusa para ser pobres y atrasados.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Universo. 28 mar. 2001, p. A.10 | Disponible |
Los ajustes económicos siempre han sido para los gobiernos más cómodos que la modernización. Hemos vivido más de 20 años de ajustes por no ser capaces de llevar a cabo reformas estructurales de fondo. Mientras no haya privatización, seguiremos pagando la ineficiencia en los servicios básicos estatales y habrá déficit fiscales que siempre se resolverán con más ajustes. La dolarización no es una panacea y si bien nos permite una mejor planificación, también nos obliga a hacernos más eficientes y producir más con menos recursos, lo cual incluye asimismo al Estado y sus empresas, porque ya no se podrán cubrir ineficiencias con devaluaciones, o financiar déficit fiscales con impresión de moneda o venta de bonos del Estado que incrementan la ya altísima deuda interna y presionan el alza de las tasas de interés. La única salida está en el cambio de rumbo y de mentalidad de todos los grupos sociales que deben pensar más en función de país que en los intereses particulares, para crear un ambiente propicio que fomente la inversión interna y extranjera que redundará en nuevas plazas de trabajo y una mejora del estándar de vida de la población en general. La riqueza innata del país no nos da ninguna excusa para ser pobres y atrasados.
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