TITULARIZACION PETROLERA
Tema(s): En: El Telégrafo 17 oct. 2001, p. A. 2Resumen: La propuesta del ministro Carlos Julio Emanuel de buscar recursos frescos para la economía apelando a un mecanismo de titularización petrolera, tiene que ser evaluada como una alternativa cuya aplicación supera los esquemas tradicionales del endeudamiento. Sin embargo, lo que precisamente se requiere es replantearse esos escenarios para evaluar de manera objetiva la factibilidad de la mencionada propuesta. A primera vista, todo parecería indicar que el momento es oportuno para sacarle ventaja a las tendencias del mercado internacional, negociando adecuadamente los términos en que se buscaría la titularización, así como el plazo y el monto de los recursos que se esperaría obtener. Lo peor que puede ocurrir es aferrarse a prejuicios para no dar paso por lo menos a explorar una propuesta que, aunque no es nueva, puede constituirse en una fórmula ágil de ayudar a la reactivación productiva, y de esa manera, conseguir que la economía salga del peligroso empantanamiento a la que ha sido llevada, donde la dolarización es amenazada por una caída alarmante de las exportaciones no petroleras.| Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada
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BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 17 oct. 2001, p. A. 2 | Disponible |
La propuesta del ministro Carlos Julio Emanuel de buscar recursos frescos para la economía apelando a un mecanismo de titularización petrolera, tiene que ser evaluada como una alternativa cuya aplicación supera los esquemas tradicionales del endeudamiento. Sin embargo, lo que precisamente se requiere es replantearse esos escenarios para evaluar de manera objetiva la factibilidad de la mencionada propuesta. A primera vista, todo parecería indicar que el momento es oportuno para sacarle ventaja a las tendencias del mercado internacional, negociando adecuadamente los términos en que se buscaría la titularización, así como el plazo y el monto de los recursos que se esperaría obtener. Lo peor que puede ocurrir es aferrarse a prejuicios para no dar paso por lo menos a explorar una propuesta que, aunque no es nueva, puede constituirse en una fórmula ágil de ayudar a la reactivación productiva, y de esa manera, conseguir que la economía salga del peligroso empantanamiento a la que ha sido llevada, donde la dolarización es amenazada por una caída alarmante de las exportaciones no petroleras.
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