EL PETROLEO NO ES LA ESTABILIDAD

Con insistencia se repite que los altos precios del petróleo son los que han sostenido las finanzas públicas en los últimos dos años, criterio que adolece más de errores que de aciertos. Si bien es cierto que el elevado precio del petróleo de 2003, que fue de más de US 26 por barril y el del presente año que puede fácilmente superar en promedio los US 30 el barril, han ayudado de manera importante para la recuperación de la balanza comercial y de las cuentas externas en general, para efectos del presupuesto del Estado esta realidad tiene implicaciones particulares. Por una parte, los ingresos petroleros del Fisco combinan tanto el precio como la cantidad producida, sea para venderse internamente en forma de derivados de petróleo o externamente como crudo. Por lo tanto, si el precio del petróleo que se fija en la proforma presupuestaria es de US18 por barril pero la producción del petróleo no alcanza el valor fijado en el programa económico, igual se produce una deficiencia de fondos para el Fisco sin importar cuánto se acumule en el Fondo de Estabilización Petrolera (FEP) o en el Fondo de Estabilización, Inversión y Reducción del Endeudamiento Público llamado FEIREP. Esto quiere decir que, para efectos presupuestarios, lo que debe cuidarse es que tanto el precio como la cantidad respeten los valores esperados en la proforma.