REESTRUCTURAR PARA REACTIVAR
Tema(s): En: El Telégrafo 29 oct. 2001, p. A. 2Resumen: Uno de los argumentos esgrimidos contra la posibilidad de reestructuar las deudas del sector productivo, se relaciona con el beneficio potencial que obtendrían los deudores de la banca cerrada en manos de la AGD, a quienes se les otorgaría graciosamente un beneficio que va más allá de lo que una sana política económica aconsejaría observar. Y no hay nada más falso que eso. En primer lugar, la propuesta de reestructuración formulada por los sectores productivos no supone perdonar deudas o crear condiciones de privilegio para determinados deudores. Y, en segundo lugar, lo más importante de este proceso reside en defender los puestos de trabajo, asociados a la supervivencia de empresas que por una u otra razón se endeudaron, en muchos casos debido a la grave injusticia que se derivó del congelamiento de recursos que se habían depositado en la banca. La conclusión suena lógica: sin reestructuración será imposible reconstruir negocios que quedaron en manos de pocas personas, las que asumieron obligaciones crediticias para cuyo cumplimiento nunca fueron ejecutados.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 29 oct. 2001, p. A. 2 | Disponible |
Uno de los argumentos esgrimidos contra la posibilidad de reestructuar las deudas del sector productivo, se relaciona con el beneficio potencial que obtendrían los deudores de la banca cerrada en manos de la AGD, a quienes se les otorgaría graciosamente un beneficio que va más allá de lo que una sana política económica aconsejaría observar. Y no hay nada más falso que eso. En primer lugar, la propuesta de reestructuración formulada por los sectores productivos no supone perdonar deudas o crear condiciones de privilegio para determinados deudores. Y, en segundo lugar, lo más importante de este proceso reside en defender los puestos de trabajo, asociados a la supervivencia de empresas que por una u otra razón se endeudaron, en muchos casos debido a la grave injusticia que se derivó del congelamiento de recursos que se habían depositado en la banca. La conclusión suena lógica: sin reestructuración será imposible reconstruir negocios que quedaron en manos de pocas personas, las que asumieron obligaciones crediticias para cuyo cumplimiento nunca fueron ejecutados.
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