LAS TENSIONES DEL MODELO

Nunca antes han estado tan claramente establecidas las reglas de juego económicas como ahora. El modelo económico es evidentemente monetario, pero su talón de Aquiles son las expectativas y la confianza, pese a que las variables macroeconómicas parecen dominarlo todo. La falta de resultados inmediatos en el proceso de pacificación con el Perú y la falta de credibilidad en las autoridades monetarias a raíz del problema acerca del déficit fiscal, generaron expectativas negativas sobre la economía, presionando al alza la cotización del dólar y las tasas de interés, y haciendo disminuir los volúmenes transados en el mercado accionario. Si bien el descontrol monetario crea una inestabilidad e imposibilita los avances del sector productivo, un modelo estrictamente monetario tiene la virtud de repuntar los indicadores macroeconómicos, aunque algunos aspectos básicos se mantienen rezagados, como el caso de la salud, la educación y la nutrición. Hay que estar atentos a los riesgos de una explosión social como sucedió en Caracas o una crisis monetaria como la de México.