BUENOS Y MALOS SUBSIDIOS

Si el Gobierno quiere hacer una política social de lucha contra la pobreza, tiene que concentrarse en aquellos programas que sean eficaces y que tengan efectos redistributivos directos en beneficio de los estratos más pobres de la población. Ecuador gasta anualmente más de 900 millones en subsidios o en programas sociales gratuitos, pero no todos ellos cumplen con los requisitos de redistribución del ingreso y de eficacia en la lucha contra la pobreza. El tema del gasto social debe ser analizado con criterios objetivos de cumplimiento de sus fines en términos de distribución del ingreso y eficacia en la lucha contra la pobreza y no con sesgo político partidista o de intereses personalistas. El Gobierno debería concentrarse en apoyar únicamente aquellos subsidios que realmente cumplen el objetivo de reducir la pobreza y mejorar la distribución del ingreso en el país. Pocos subsidios pero buenos y con gran cobertura es la lección de países exitosos en la lucha contra la pobreza.