LA OTRA CARA DE LA CRISIS

Es evidente que el reclamo salarial de los médicos, y otros trabajadores de servicios de salud pertenecientes al Estado, no podrá ser resuelto mientras el régimen mantenga la postura de atenerse a lo estipulado en el prespuesto. Lo chocante de esa postura surge de constatar que la cicatería con que se trata esas reivindicaciones salariales, se convierte en generosidad indiscutible cuando hay que aflojar dinero para cumplir "políticas de Estado" como las concernientes a la banca en manos de la AGD. Lo cierto es que hay otra cara de la crisis que no consta en los indicadores de evolución del PIB, ni en la demagogia del "gasto social" que con tanto entusiasmo se ha promovido como si el régimen de Noboa hubiere descubierto el agua tibia. Esa otra cara es la de los sectores sociales excluídos a todo nivel, de los beneficios de la dolarización o de las potenciales ventajas de las privatizaciones. En dichos sectores se incluyen desde profesionales hasta jóvenes que no tienen oportunidades de incorporarse a las actividades económicas porque no hay oferta de trabajo debido a la limitada inversión productiva. Los que no se resignan a sufrir la marginalidad, forman parte del ejército de emigrantes. ¡Cuántos cerebros y brazos valiosos se están perdiendo! ¡Cuántos recursos invertidos en la preparación del recurso humano están emigrando! Y sin embargo, el Gobierno está preocupado de salvar el pellejo impulsando los negocios modernizadores, porque según la propaganda oficial, ahí radica la salvación de los ecuatorianos.