UNA OPCION SOSPECHOSA

Los defensores de la privatización de la seguridad social sostienen que el sistema de entrega de los programas de jubilaciones y pensiones a las ACAP, conducen al incremento del ahorro nacional, desarrollo del mercado de capitales, propicia la inversión productiva, mejora las prestaciones y alivia la carga al Estado en cuanto cofinanciador del régimen de prestaciones. ¿Esto es verdad? En el Ecuador desde hace tiempo se han organizado en el sistema bancario y financiero más de 20 administradoras de fondos que esperan el momento de la reforma para captar la inmensa masa monetaria que movera el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) a futuro. Ocho de ellas pretenecen a bancos abiertos, once administradoras pertenecen a banca cerrada a cargo de la Agencia de Garantía de Depósitos (AGD). La pregunta que no puede dejarse hacerse es, si las instituciones que por incumplimiento de sus obligaciones está a cargo del Estado, a futuro podrán administrar con idoneidad los fondos de la seguridad social. ¿Acaso no es la transferencia de la más importante masa monetaria que banco alguno posee de los afiliados al seguro a sociedades anónimas financieras vinculadas a bancos?. El Ecuador no puede darse el lujo de un tercer salto al vacío.