LA MICROECONOMIIIAAAA

La primera regla para dar viabilidad al país es reconocer que el 34.5 por ciento de ecuatorianos que vive con US 18,00 al mes, no tiene tiempo de esperar los resultados de medidas que buscan reordenar la macroeconomía a largo plazo. Sencillamente, el primer paso para que un programa económico supere las barreras de la urgencia sería que los pobres puedan acceder a plena alimentación, y con su barriga llena, den espacio a implementar los correctivos macroeconómicos, y puedan asimilar las medidas de ajuste indispensables para dar viabilidad al país. Ahora que el presidente ha anunciado ir en busca de equilibrios, incluidos en un programa económico sin precedentes, impulsado por el ministro de Finanzas que fija metas cuantitativas en los indicadores sociales, debe acompañar su iniciativa con una nueva lógica que todavía no se ve con claridad, encaminada a que cada decisión que busque un objetivo macroeconómico, mida con la misma relevancia su efecto en la microeconomía. Contradice esta voluntad el generar señales confusas como la que se envió sobre una eventual disposición de recursos del IESS, por algún condicionante macroeconómico pero en perjuicio de los afiliados o permitir que se mantengan resoluciones discriminatorias, que exigen a las instituciones de microfinanzas un sistema de provisiones forzado, atentando contra su capacidad patrimonial y presionando al alza la tasa de interés. Pero lo que es peor, engañando al inversionista, pues se exige que quien da microcrédito contabilice en mora a los 5 días de vencido, mientras los créditos comerciales se contabilizan a los 30. Así se favorece la macroeconomía en perjuicio de la microeconomía.