ECUADOR: LA AGENDA MACROECONOMICA TERMINA CON CIFRAS ENGAÑOSAS
Tema(s): En: Expreso 27 dic. 2004, p. 6Resumen: Lo que acontece en el Ecuador entre economía y política es la expresión más fiel de una relación imperfecta, es decir, cuando no se produce la correspondencia de medios y fines, o, cuando la búsqueda de ese equilibrio se nos revela casi imposible. Terminamos el 2004 constatando dramáticamente que la política (escenario de confrontaciones y consensos) y lo político (espacio ocupado por los poderes estatales) en el Ecuador, actúan como ruedas de molino. En unos casos, frenando y triturando cualquier propósito modernizador o, en otros, alentando intereses de limitada factura. La agenda macroeconómica exhibe en cifras datos engañosos: la inflación cierra en 3,97 por ciento, a la baja es cierto, pero con un poder de compra disminuido, donde la canasta familiar tiene una restricción de 126 dólares; el presupuesto codificado y aprobado para el 2005 presenta un déficit de US 486 millones que financiará vía endeudamiento. La inversión extranjera está entre las más bajas de Sudamérica; todos los procesos licitatorios en petróleo y electricidad fracasados; el consumo de los ecuatorianos por falta de liquidez opera a través del dinero plástico, 800 millones se adeudan a la banca por estas operaciones. Para el grueso de la población no sirve de nada leer que Ecuador creció al 6,3 por ciento el 2004. La perversidad del crecimiento radica en que aumenta el ingreso nacional a la par de que los empleos formales caen y la actividad económica privada se restringe.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Expreso. 27 dic. 2004, p. 6 | Disponible |
Lo que acontece en el Ecuador entre economía y política es la expresión más fiel de una relación imperfecta, es decir, cuando no se produce la correspondencia de medios y fines, o, cuando la búsqueda de ese equilibrio se nos revela casi imposible. Terminamos el 2004 constatando dramáticamente que la política (escenario de confrontaciones y consensos) y lo político (espacio ocupado por los poderes estatales) en el Ecuador, actúan como ruedas de molino. En unos casos, frenando y triturando cualquier propósito modernizador o, en otros, alentando intereses de limitada factura. La agenda macroeconómica exhibe en cifras datos engañosos: la inflación cierra en 3,97 por ciento, a la baja es cierto, pero con un poder de compra disminuido, donde la canasta familiar tiene una restricción de 126 dólares; el presupuesto codificado y aprobado para el 2005 presenta un déficit de US 486 millones que financiará vía endeudamiento. La inversión extranjera está entre las más bajas de Sudamérica; todos los procesos licitatorios en petróleo y electricidad fracasados; el consumo de los ecuatorianos por falta de liquidez opera a través del dinero plástico, 800 millones se adeudan a la banca por estas operaciones. Para el grueso de la población no sirve de nada leer que Ecuador creció al 6,3 por ciento el 2004. La perversidad del crecimiento radica en que aumenta el ingreso nacional a la par de que los empleos formales caen y la actividad económica privada se restringe.
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