LA DANZA DE CIFRAS

A propósito del alza de pensiones de los jubilados, el país ha contemplado absorto una danza de cifras que solo refleja ligereza en la gestión del Estado. Se evidenció liviandad para enfrentar problemas estructurales e incapacidad y bloqueo para encontrar soluciones del mismo género. Es censurable la falta de transparencia y poca confiabilidad de la información, la irresponsabilidad en el manejo de las cifras y el desdén por la rendición de cuentas. Las leyes no son suficientes. No existe una cabal apreciación del significado de los millones de dólares sujetos a un baratillo de ofertas, como en los peores momentos de la vigencia del sucre. Un precario manejo de la coyuntura ha debilitado aún más las finanzas públicas, al incrementar el gasto, déficit y los problemas de financiamiento del presupuesto, así como el gasto y déficit actuarial del IESS. Como siempre, la emocional atención del presente por encima de las graves limitaciones existentes ahonda los problemas estructurales y ensombrece el futuro. Es la reiteración de los vicios del pasado. No en vano Ecuador tiene un nivel de pobreza casi generalizado y un ingreso por habitante de US 2.100, menor en términos reales al de hace 25 años.