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LA INFLACION Y SUS EFECTOS PERVERSOS

Por: Tema(s): En: El Comercio 18 ene. 1997, p. A.4Resumen: El cúmulo, abrumador y desordenado, de cargas impositivas y tarifarias con que se inicia 1997, está dando como efecto inevitable una especulación incontenible y una alza desmesurada de la inflación, que se reflejará, aunque sólo en parte, en el IPC. Los altos resultados mensuales que éste presentará a partir de este mismo mes, sin embargo, no van a mostrar algo que podríamos llamar los "efectos perversos" de la inflación, que provienen de la disminución del volumen y calidad de los componentes de la canasta familiar. En efecto, en un período recesivo como el que aún persiste, en el cual los salarios disminuyeron en términos reales, la ya limitada capacidad adquisitiva de las personas bajará más, por efecto de las cargas impositivas y por el desproporcionado incremento de los precios de todo, que ya lo estamos sintiendo. La razón es elemental: A un menor nivel de salarios reales, la elevación de precios hace que la gente se vea compelida a comprar menos. Y no sólo eso, simo que se vea obligada a adquirir productos de más baja calidad, a substituirlos por otros o, simplemente, a dejar de comprarlos. La especulación campea en el mercado, y lo que podríamos llamar "efecto degradación" del consumo familiar se siente ya: Lo que queda de la llamada clase media ha pasado a ser clase pobre y el pobre se ha vuelto indigente, gracias a la "sinceración" de los precios. Concepto que, en sí, puede ser deseable, pero que no puede aplicarse de un solo golpe ni en las magnitudes en que se lo ha hecho.
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Analítica de Seriada Analítica de Seriada BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO RESUM-009915 (Navegar estantería(Abre debajo)) El Comercio. 18 ene. 1997, p. A.4 Disponible

El cúmulo, abrumador y desordenado, de cargas impositivas y tarifarias con que se inicia 1997, está dando como efecto inevitable una especulación incontenible y una alza desmesurada de la inflación, que se reflejará, aunque sólo en parte, en el IPC. Los altos resultados mensuales que éste presentará a partir de este mismo mes, sin embargo, no van a mostrar algo que podríamos llamar los "efectos perversos" de la inflación, que provienen de la disminución del volumen y calidad de los componentes de la canasta familiar. En efecto, en un período recesivo como el que aún persiste, en el cual los salarios disminuyeron en términos reales, la ya limitada capacidad adquisitiva de las personas bajará más, por efecto de las cargas impositivas y por el desproporcionado incremento de los precios de todo, que ya lo estamos sintiendo. La razón es elemental: A un menor nivel de salarios reales, la elevación de precios hace que la gente se vea compelida a comprar menos. Y no sólo eso, simo que se vea obligada a adquirir productos de más baja calidad, a substituirlos por otros o, simplemente, a dejar de comprarlos. La especulación campea en el mercado, y lo que podríamos llamar "efecto degradación" del consumo familiar se siente ya: Lo que queda de la llamada clase media ha pasado a ser clase pobre y el pobre se ha vuelto indigente, gracias a la "sinceración" de los precios. Concepto que, en sí, puede ser deseable, pero que no puede aplicarse de un solo golpe ni en las magnitudes en que se lo ha hecho.

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