LA MEGA REFINERIA
Tema(s): En: El Comercio 22 jul. 2008, p. 10Resumen: El acuerdo firmado por Ecuador y Venezuela, al más alto nivel de cumbre presidencial, para constituir una empresa mixta binacional que construya en cinco años una mega refinería para el crudo ecuatoriano, aparte de su connotación geopolítica de una ideología común socialista en marcha en el hemisferio occidental, sí tiene significación económica notable para el país, tomando en cuenta la auto suficiencia energética a la que todo Estado petrolero aspira, singularmente ahora en que el precio del hidrocarburo bordea los USD150 por barril. El proyecto de la mega refinería mejorará sin duda la elaboración de derivados hidrocarburíferos, tanto en cantidad como en calidad, pues se confía en que con tecnologías de punta las varias etapas de la refinación, como la destilación atmosférica, el craqueo catalítico, la viscorreducción, la semigeneración, la hidrosulfuración y el proceso 'Merox', que da mayor octanaje a la gasolina, perfeccionarán el producto final, inclusive para hacerlo más competitivo en los mercados de exportación. La capacidad inicial de refinación del plan ecuatoriano-venezolano será de 300 mil barriles de crudo diarios, con proyección de duplicar la cifra en la segunda etapa de construcción. Qué rotundo contraste con la ínfima capacidad refinadora que en 1972, el inicio de nuestra era petrolera, tenía el Ecuador, así como en comparación al actual procesamiento de la refinería de Esmeraldas, que es de sólo 110 mil barriles cuotidianos, más una muy marginal producción de las otras tres refinerías. Ni el pesimismo de una presunta subutilización de la mega refinería, desde el 2015 en que mermaría la extracción del crudo ecuatoriano, puede contrariar la expectativa nacional de autosuficiencia energética durante el próximo cuarto de siglo.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 22 jul. 2008, p. 10 | Disponible |
El acuerdo firmado por Ecuador y Venezuela, al más alto nivel de cumbre presidencial, para constituir una empresa mixta binacional que construya en cinco años una mega refinería para el crudo ecuatoriano, aparte de su connotación geopolítica de una ideología común socialista en marcha en el hemisferio occidental, sí tiene significación económica notable para el país, tomando en cuenta la auto suficiencia energética a la que todo Estado petrolero aspira, singularmente ahora en que el precio del hidrocarburo bordea los USD150 por barril. El proyecto de la mega refinería mejorará sin duda la elaboración de derivados hidrocarburíferos, tanto en cantidad como en calidad, pues se confía en que con tecnologías de punta las varias etapas de la refinación, como la destilación atmosférica, el craqueo catalítico, la viscorreducción, la semigeneración, la hidrosulfuración y el proceso 'Merox', que da mayor octanaje a la gasolina, perfeccionarán el producto final, inclusive para hacerlo más competitivo en los mercados de exportación. La capacidad inicial de refinación del plan ecuatoriano-venezolano será de 300 mil barriles de crudo diarios, con proyección de duplicar la cifra en la segunda etapa de construcción. Qué rotundo contraste con la ínfima capacidad refinadora que en 1972, el inicio de nuestra era petrolera, tenía el Ecuador, así como en comparación al actual procesamiento de la refinería de Esmeraldas, que es de sólo 110 mil barriles cuotidianos, más una muy marginal producción de las otras tres refinerías. Ni el pesimismo de una presunta subutilización de la mega refinería, desde el 2015 en que mermaría la extracción del crudo ecuatoriano, puede contrariar la expectativa nacional de autosuficiencia energética durante el próximo cuarto de siglo.
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