TODOS QUIEREN MAS PLATA

Satisfacer todas las demandas de la UNE, salud, municipios, subsidios, ministerios, etc. equivaldría a que el gasto exceda en un 13 por ciento a lo que el país puede, o sea un déficit fiscal de ese nivel a financiar con deuda; a su vez una decisión como esta generaría una presión sobre la tasa de interés hacia arriba, pues la deuda interna compite con los recursos que la banca destina al crédito. Si no se obtiene ese financiamiento para atender las demandas de todos los que piden plata, el Estado no tendrá con qué pagar a los servidores públicos, empieza la presión por subir el IVA y la gasolina, los indígenas se levantan, la UNE, MPD, sindicatos se unen a la revuelta, se deja de pagar la deuda, los acreedores externos ajustan, empiezan a escasear dólares, se produce iliquidez, la lucha por recursos entre los bancos se fuerza, se cierra el crédito, las empresas dejan de pagar sus deudas, la incertidumbre crece, se pone en riesgo el sistema financiero, los banqueros son corruptos, nuevamente la culpa se le hecha al modelo monetario, este se cae y por fin los antidolarización se solazan. Nos olvidamos de que la presión por incrementar el gasto generó este caos. El perdedor: Ecuador. Por suerte para el país, el presidente no dudó un segundo en ratificar a su más disciplinado colaborador y respalda el modelo económico a pesar de su costo político, pues sabe que si logra superar las turbulencias que todavía faltan, a Ecuador le vienen, y pronto, mejores días. La única salida es recuperar recursos de la corrupción, pues cada dólar que los ecuatorianos dejamos que vaya a manos de unos pocos corruptos, es una oportunidad menos para reducir la pobreza y de crear alternativas de producción.