¿ECONOMIA DESPOLITIZADA?

Hay artículos de prensa y comentarios de analistas que propugnan que se abandone todo sesgo político en la ejecución de medidas económicas y que la política no debe invadir la consistencia de los programas económicos. Probablemente se cree que la globalización y la política económica que se viene ejecutando para insertarse en ella son ajenas a toda orientación política. Pero la globalización no es un hecho natural sino la resultante de relaciones de poder a nivel internacional. Tampoco la política aperturista, creyente en las virtudes del mercado, que se viene aplicando en el país es ajena a la influencia y a la base de sustentación política de poderosos grupos beneficiarios. No hay programa de política económica que no corresponda, implícita o explícitamente, a un programa político. Por ello, si la ejecución de medidas de política económica no satisface los objetivos que se pretendía alcanzar, el pueblo tiene derecho a resistirlas y a luchar por un cambio. La aceptación pasiva o sumisa por parte del pueblo a la dolarización o a la vigencia de una economía de mercado no debe tomarse como una suerte de declaración de que éste se desatenderá de los problemas que los afectan. Si las cosas no funcionan habrá que cambiarlas y la lucha política es el requisito para ello.