GLOBALIZACION Y ACTIVIDAD FLORICOLA

A tiempo que la primera vuelta electoral llegaba a su punto más álgido, se conoció que Dole cerraba sus dos fincas productoras de flores en la zona de Checa, cerca de Quito. La razón esgrimida por la empresa para cerrar sus operaciones de Ecuador y Colombia eran los altos costos de producción. Como resultado 800 trabajadores perdían sus empleos esta misma semana y recibían sus liquidaciones. Al mismo tiempo Dole dejó de comprar flores a varias decenas de fincas independientes. La decisión de la empresa es un indicador poderoso de los impactos de la globalización sobre cualquier sector productivo. Frente a ella no hay ventajas comparativas absolutas y los países deben poner atención a sus ventajas competitivas, las que no provienen de condiciones naturales propicias, sino de los esfuerzos. La otra decisión es la de asegurar que se extienda el ATPDEA y cuando sea el caso, la SGP Drogas, los sistemas arancelarios preferenciales de Estados Unidos y la Unión Europea, respectivamente. Mejor aún que se logren los acuerdos de libre comercio con esos países, los principales mercados para nuestras flores, mangos, atún, textiles, etcétera. En el marco de esta globalización, un arancel del 6,8 por ciento por ejemplo para flores, puede hacer la diferencia del mundo para inversionistas por igual que compararán ese arancel al que pagan otros países. Frente a realidad tan contundente, el enfrentar los temas de apertura y competitividad de nuestro país, no es señores Correa y Noboa, un tema de derecha y de izquierda, es un tema de absoluto interés nacional.