GLOBALIZACION Y REDUCCION DE LA INFLACION

Ecuador terminó el año 2003 con un nivel inflacionario del 6,07 por ciento, dentro de las metas que el gobierno se había planteado. Con este resultado, al cuarto año de vigencia de la dolarización, uno de sus principales objetivos, la convergencia de la inflación nacional a niveles internacionales prácticamente se ha alcanzado y este año con seguridad se consolidará. Este comportamiento de la inflación es, por lo demás, una tendencia mundial con muy pocas excepciones, como lo demuestra un reciente estudio de Kenneth Rogoff (Globalization and Global Disinflation, FMI, Agosto 2003). El autor señala que en los últimos 10 años la inflación promedio en todo el mundo se ha reducido del 30 al 4 por ciento. Rogoff sostiene que hay innumerables factores que han contribuido a este resultado, pero los aspectos más relevantes tienen que ver con la creciente competencia producto de la globalización, la desregulación de las economías y la menor intervención de los gobiernos en sectores básicos. Hay dos factores adicionales, según Rogoff, que han fomentado este proceso de desinflación: la creciente independencia de los bancos centrales y su convicción de que su principal objetivo es mantener la estabilidad de los precios; y por último, y quizás el más importante, el incremento de la productividad, producto de la continua transformación tecnológica. Con la dolarización el rol del Banco Central en el mantenimiento de una política monetaria antinflacionaria perdió su relevancia en Ecuador, aunque de hecho desde 1998 el país consagró legalmente su independencia. No se puede decir lo mismo de la productividad, cuyos resultados demuestran un deterioro en los últimos 30 años, aunque habría ciertas evidencias de que esta tendencia se ha revertido en los últimos años. Esta es la gran tarea pendiente de la economía ecuatoriana.