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¿QUIEN LANZA LA PRIMERA PIEDRA?

Por: Tema(s): En: El Telégrafo 3 ago. 2001, p. A. 2Resumen: Quienes se han lanzado a la tarea llena de "morbo" de escarbar en los detalles de las listas de deudores del Filanbanco, están empujando al sistema financiero a una politización suicida. Hay distintas consideraciones que hacer en torno a los créditos concedidos por la banca. Lo primero es que únicamente quienes han trabajado en alguna actividad productiva, saben la trascendencia que tiene poder recurrir a la banca tanto para obtener desde un sobregiro que alivie una circunstancial iliquidez. Otra consideración que cabe formular es si el mero hecho de publicarla, traerá como efecto reparador la recuperación de la cartera adeudada. O si más bien se busca con esa información, desquiciar empresas con el fin de caerles como rapiña, adquiriendo sus deudas a precios castigados para alzarse con ellas. Prestar dinero a la banca no es delito. Seguramente la mayoría de quienes aparecen en la lista de deudores del Filanbanco han actuado de buena fe, y nunca han pretendido eludir sus obligaciones. Y esa buena fe también debe caracterizar a todos quienes han contratado préstamos con el resto de la banca nacional y extranjera. Por lo tanto no es un acto honorable exigir que se haga público el listado de todos los deudores del sistema, solo por el prurito de saber quiénes son y los montos de sus deudas. Si se trata de identificar a ciertos deudores con la increíble ligereza de convertirlos en culpables del fracaso de Filanbanco, hay que meditar en la sentencia bíblica que desafiaba al que se sentía libre de pecados, a lanzar la primera piedra...
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Quienes se han lanzado a la tarea llena de "morbo" de escarbar en los detalles de las listas de deudores del Filanbanco, están empujando al sistema financiero a una politización suicida. Hay distintas consideraciones que hacer en torno a los créditos concedidos por la banca. Lo primero es que únicamente quienes han trabajado en alguna actividad productiva, saben la trascendencia que tiene poder recurrir a la banca tanto para obtener desde un sobregiro que alivie una circunstancial iliquidez. Otra consideración que cabe formular es si el mero hecho de publicarla, traerá como efecto reparador la recuperación de la cartera adeudada. O si más bien se busca con esa información, desquiciar empresas con el fin de caerles como rapiña, adquiriendo sus deudas a precios castigados para alzarse con ellas. Prestar dinero a la banca no es delito. Seguramente la mayoría de quienes aparecen en la lista de deudores del Filanbanco han actuado de buena fe, y nunca han pretendido eludir sus obligaciones. Y esa buena fe también debe caracterizar a todos quienes han contratado préstamos con el resto de la banca nacional y extranjera. Por lo tanto no es un acto honorable exigir que se haga público el listado de todos los deudores del sistema, solo por el prurito de saber quiénes son y los montos de sus deudas. Si se trata de identificar a ciertos deudores con la increíble ligereza de convertirlos en culpables del fracaso de Filanbanco, hay que meditar en la sentencia bíblica que desafiaba al que se sentía libre de pecados, a lanzar la primera piedra...

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