NUEVO AÑO, VIEJAS POLITICAS ECONOMICAS

La dolarización que generó un ambiente de relativa certidumbre en las relaciones del país con el exterior, terminó también por elevar los precios de los bienes y servicios demandados por la población. Al finalizar el año 2000, la economía ecuatoriana se espera que crezca a una tasa muy baja del orden del 1,9 por ciento, inferior al crecimiento de la población; las exportaciones agrícolas serán menores que en 1999; el desempleo se mantiene en aumento; el dinero que el Ecuador podría y debería dedicar a la salud, educación y la atención a la niñez se lo está empleando en el pago de la deuda externa. Solo durante el 2001, el Ecuador tendrá que enviar al extranjero, por concepto de amortizaciones de la deuda US 1.004 millones, y por concepto de intereses, US 1.131 millones, cifras que representan el 54 por ciento del total de egresos del presupuesto general del Estado. Preocupados por cubrir el déficit fiscal, lograr altos ritmos de crecimiento económico y cumplir con los compromisos del Fondo Monetario Internacional [FMI] se continua con la funesta política de elevación de impuestos indirectos, subir el precio de los combustibles y del gas de uso doméstico, continuar con la contratación de nuevos montos de deuda externa, alentar la condonación de intereses de la gente de mucho dinero. Es decir, nuevamente la gran preocupación es elcrecimiento cuantitativo de la economía nacional, al margen de lo que debería ser la cuestión central: lograr para todos los ecuatorianos una vida digna, superar la pobreza y la desigualdad, afirmar nuestra identidad, implantar la justicia social, evitar la depredación ambiental y fortalecer la participación de la población en los asuntos que le conciernen. En estas condiciones no es nada raro que los sectores afectados por las políticas economicas, empiecen una nuevo proceso de organización y movilización para tratar de sacudirse de la explotación de la cual son víctimas los últimos 18 a 20 años.