PELIGROSO HORIZONTE

El Ecuador desde hace muchos años, décadas incluso, clama por un cambio en su estructura productiva que permita a la gran mayoría de la población acceder a un mejor nivel de vida a través de un trabajo digno y generador de crecimiento. Luego de tres trimestres consecutivos con un crecimiento negativo, el país se encuentra en recesión y con un preocupante incremento del desempleo (9,1 por ciento en el tercer trimestre). Los principales sectores del PIB ecuatoriano (Comercio, Industria, Agricultura, Intermediación Financiera) tienen un decrecimiento constante ante la falta de políticas e incentivos que atraigan la inversión, que genere empleos y recursos en dichos sectores. Por el lado de la oferta y demanda final de la economía ecuatoriana, que está constituida por la producción (-0,26 por ciento) e importaciones (-6,32 por ciento) reflejó una disminución de -2,10 por ciento en comparación con el trimestre anterior. De igual manera, la formación bruta de capital fijo, entiéndase inversión, el consumo de los hogares y las exportaciones han caído en -2,57 por ciento, -1,42 por ciento y -0,06 por ciento respectivamente. El cambio de rumbo resulta imperativo frente a una realidad económica que se dirige hacia una crisis que golpeará muy fuerte a los ecuatorianos y muy especialmente a los estratos más desposeídos.