COMPETITIVIDAD Y TLC

Asuma por un momento, al menos mientras lee esta columna, que no firmamos el Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos. Delo por hecho: Colombia y el Perú firman el acuerdo y el Ecuador decide no hacerlo. Ante ese escenario, ¿cómo evolucionará la competitividad ecuatoriana?. Debería hacerlo diversificando mercados y mejorando la productividad para reemplazar las ventas perdidas, mientras las empresas que no exportan son protegidas por las herramientas de política fiscal arancelaria. El peor escenario posible consiste en que las empresas ecuatorianas no logran identificar nuevos mercados ni mejorar su competitividad, llevando al país a la quiebra y a la hipoteca total de sus recursos naturales para poder sobrevivir. Como contraparte, existe un importantísimo estímulo a la competitividad, que es el de la sobrevivencia, el cual podría actuar a favor de que nuestras empresas evolucionen a mayores grados de competitividad, llevándonos a un escenario optimista. Allí, el Ecuador no depende de un solo mercado, exporta productos competitivos y diversificados y usa eficazmente sus herramientas de política fiscal arancelaria para proteger el mercado interno. Es posible que el escenario pesimista le parezca el más probable, puesto que nuestro país no muestra un buen registro histórico de competitividad, especialmente en su balanza no petrolera. Pero ese escenario no difiere mucho del escenario pesimista ante la eventual firma del acuerdo comercial con los Estados Unidos: si no somos competitivos igualmente los productos colombianos desplazarán a los nuestros, al no tener recursos de capital, nuestras empresas serán controladas por capitales extranjeros y al ser invadidos por importaciones baratas, para poder sobrevivir, tendremos que hipotecar nuestros recursos.