DAVOS: GENIO Y FIGURA

En la séptima década del siglo XX, el doctor Klaus Schwab, profesor de economía, propuso a los principales líderes económicos europeos la creación del llamado Foro Económico Mundial a fin de incentivar la iniciativa de una industria poderosa en el continente europeo. Ese es el origen de la cumbre de Davos. No otra cosa que una fundación privada en la que los miembros pagan importantes sumas de dinero para participar en sus reuniones anuales y poder, de esa manera, codearse con la flor y nata, más con la nata que con la flor, de la política y de las finanzas como catálisis para fusiones empresariales. Cada año se prepara un tema para esa Cumbre sobre el cual se discute, se planifica y se resuelve. En el presente año, 2004, se discurrió sobre la depreciación del dólar y, de manera fundamental, se discutió sobre las nuevas perspectivas que en materia económica y de inversión está ofreciendo la China milenaria, enorme nación que ha abierto sus mercados. China ofrece grandes perspectivas para los inversionistas, perspectivas que no deben escaparse del mundo financiero internacional dirigido por los magnates de la cumbre de Davos. Ese fue el objetivo principal sobre el que se desarrollaron tesis, proyectos y programas. Eso es lo que se trató en la última Cumbre de Davos a la que asistió "representando a América Latina" nuestro inefable e inescrutable presidente Gutiérrez. Debe haber sido de lo más curioso que el delegado del Ecuador en Davos se dedique a hablar sobre la corrupción existente y sobre la necesidad de que se lo ayude para extraditar a los banqueros y más personajes que gozan de inmunidad total en tierras extranjeras, a fin de que se los capture y nos los entreguen para juzgarlos aquí. Igualmente debe haber sido como escuchar música concreta el que solicite se nos rebaje un poco la deuda externa que agobia nuestra condición de "mendigos felices", perdidos en semejante Cumbre como gaviotas en Bolivia. Genio y figura...