¿CONVERTIBILIDAD O BARBARIE?

Varios partidarios del ajuste estructural en el país reconocen que las reformas son lo importante, más que la convertibilidad, como el gerente del Banco Central, Augusto de la Torre, analistas como Walter Spurrier y Pablo Lucio Paredes, o el ex-vicepresidente Alberto Dahik. Algunos de ellos aceptan la convertibilidad si permite reforzar las reformas. Es el caso de Walter Spurrier, que señala que sin la convertibilidad se podría entrar en el peor de los escenarios: el populismo. Por otro lado, y ante la posibilidad de que el Congreso no apruebe la convertibilidad o que ésta sea frenada por una consulta popular, se ha sugerido que se podría llegar a ella por medio de una resolución de la Junta Monetaria, como camino para cristalizar lo fundamental del plan: las privatizaciones, desregulaciones y flexibilizaciones. Pero la convertibilidad no es una alternativa, es una herramienta para ahondar el neoliberalismo. Por esto no se puede aceptar que las medidas aplicadas en los últimos años en América Latina sean la única manera de orientar la economía, y que el empobrecimiento de millones de personas sea un costo irremediable del crecimiento futuro.