LA DESCENTRALIZACION

Hasta el momento, el Gobierno muestra señales absolutamente contradictorias y disímiles en el tema descentralización. Por un lado, una decisión del Consejo Nacional de Tránsito en el sentido de retomar control del transporte urbano de Loja pudiera dar al traste con el proceso ordenado y bien administrado que inició el alcalde Castillo. Por el otro, el sonriente aplauso presidencial a la iniciativa del alcalde Nebot de descentralizar la seguridad social suena más al abandono de un espacio político que a una genuina y seria voluntad de acompañar este proceso. En ambos casos, consideraciones de tipo político parecen ser las que han definido la posición gubernamental. Y es que ningún intento serio de descentralización tiene posibilidades de funcionar si es que el Estado resigna sus funciones de regulación. La iniciativa de Nebot bien pudiera reformar la seguridad social posiblemente en beneficio de quienes hoy no reciben ninguno. Empero, ello ocurrirá únicamente si desde el Gobierno central la acompaña con un efectivo marco regulatorio nacional. La pregunta estratégica pasa por cuestionarnos la viabilidad del modelo unitario del Estado que tenemos y pensar en los cambios que este debe realizar para responder efectivamente a los procesos de descentralización pendientes en el Ecuador.