EL PLAN DE GOBIERNO
Tema(s): En: El Telégrafo 25 oct. 2000, p. A. 2Resumen: La Oficina de Planificación (ODEPLAN), como organismo adscrito a la Vicepresidencia de la República, ha elaborado un "Plan de Gobierno 2000-2003, por un nuevo País". La misma Constitución reconoce en su artículo 255 que la existencia de un sistema nacional de planificación estará a cargo de un organismo técnico dependiente de la Presidencia de la República, con la participación de los gobiernos seccionales autónomos y las organizaciones sociales que determine la ley. Se observa que la influencia de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (CORDES) está presente en la elaboración de este plan. Es un documento burocrático inoficioso, que se autocomplace con magníficos diagnósticos, pero que a la hora de las propuestas, se queda en eso: en pura autocomplacencia. El Plan de Gobierno parece haber sido concebido para un Ecuador en el que sus provincias costeñas no se hubieran pronunciado de manera abrumadoramente mayoritaria por las autonomías. Por eso apenas habla de la descentralización con el mismo apasionamiento que una monjita de claustro puede poner para entablar un diálogo sobre fútbol. Y de las autonomías no dice nada, pese a que el Presidente de la República tomó la iniciativa de plantear ante el Congreso la convocatoria a un Referéndum respecto al tema. Entonces, ¿cómo podría ejecutarse un Plan de Gobierno que da por sentado el esquema centralista del Estado.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Telégrafo. 25 oct. 2000, p. A. 2 | Disponible |
La Oficina de Planificación (ODEPLAN), como organismo adscrito a la Vicepresidencia de la República, ha elaborado un "Plan de Gobierno 2000-2003, por un nuevo País". La misma Constitución reconoce en su artículo 255 que la existencia de un sistema nacional de planificación estará a cargo de un organismo técnico dependiente de la Presidencia de la República, con la participación de los gobiernos seccionales autónomos y las organizaciones sociales que determine la ley. Se observa que la influencia de la Corporación de Estudios para el Desarrollo (CORDES) está presente en la elaboración de este plan. Es un documento burocrático inoficioso, que se autocomplace con magníficos diagnósticos, pero que a la hora de las propuestas, se queda en eso: en pura autocomplacencia. El Plan de Gobierno parece haber sido concebido para un Ecuador en el que sus provincias costeñas no se hubieran pronunciado de manera abrumadoramente mayoritaria por las autonomías. Por eso apenas habla de la descentralización con el mismo apasionamiento que una monjita de claustro puede poner para entablar un diálogo sobre fútbol. Y de las autonomías no dice nada, pese a que el Presidente de la República tomó la iniciativa de plantear ante el Congreso la convocatoria a un Referéndum respecto al tema. Entonces, ¿cómo podría ejecutarse un Plan de Gobierno que da por sentado el esquema centralista del Estado.
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