AUTONOMIAS Y URGENCIAS

El Congreso Nacional ecuatoriano acaba de declarar urgente la realización de una consulta para dar paso al cambio más trascendental de su historia republicana. Es decir, un salto en el modelo estructural del país, hacia un régimen de autonomías sin antecedentes en la historia nacional. Detrás del rápido desarrollo de los acontecimientos hay varias explicaciones, entre ellas la demora en aplicar los principios de descentralización que ya constan en los textos constitucionales últimos. Además, la acumulación de problemas con la aplicación de un centralismo obsoleto. Los extremos, de todas maneras, son impropios y más tratándose de temas cuya aplicación práctica puede llevar a situaciones nacionales de consecuencias aun impredecibles. Pero hay varios factores, entre ellos el peligro de una polarización regional, que siguen aconsejando prudencia en la búsqueda de los conceptos que mejor combinen los anhelos de reforma con el interés nacional y que tengan como norte la solidaridad. A estas alturas es evidente, en líneas generales, que la idea cuenta con respaldos tan significativos como la mayoría de votos de la Función Legislativa y el fervor de buena parte del poder Ejecutivo, incluyendo al Presidente de la República, según se desprende de sus últimas declaraciones.