PETROLEO Y DEMOCRACIA

Ecuador dejará para siempre su era petrolera, si el precio del crudo baja permanentemente después de la guerra en Iraq. Si esto ocurre, la sociedad ecuatoriana enfrentará una nueva serie de desafíos económicos, pero tendrá también una oportunidad única en sus manos: la de consolidar su democracia. La inestabilidad económica y política que el país ha vivido durante los últimos años se debe, precisamente, al creciente desfallecimiento de la economía petrolera que, a su vez, ha dado lugar a una profunda redefinición de los roles del Estado y de la sociedad civil en Ecuador. El Gobierno no puede, como antes, ofrecer un puesto público a toda persona que necesite trabajar, y solo puede subsidiar a quienes verdaderamente lo necesitan. La ciudadanía entiende ahora la importancia de administrar eficientemente los dineros públicos, no solo porque son escasos, sino también porque sabe que esos recursos provienen cada vez más de su propio bolsillo y cada vez menos del mercado petrolero internacional.