CAPITALISMO POPULAR = DESARROLLO SOCIAL

La dolarización nos enfrenta a un mundo globalizado donde los capitales se invierten en función de confianza y rentabilidad. Otras economías han implementado estímulos -vía capitalismo popular- para la inversión privada, lo cual pone de manifiesto la necesidad de competir, de igual a igual, por la captación de recursos. Ecuador requiere una política de Estado que estimule la utilización del mercado accionario como mecanismo de financiamiento e instrumento de inversión. Un buen incentivo podría constituir la deducción de la base imponible para el pago de impuestos, de un porcentaje de las emisiones o adquisiciones primarias de acciones que se realicen a través de las Bolsas de Valores. Es relativamente poco el capital que se ha levantado en el mercado bursátil ecuatoriano a través de este proceso (aproximadamente US 345 millones), en los últimos diez años. Y una de las principales razones es el temor a perder el poder de decisión sobre sus compañías, pese a que ese inconveniente se soluciona manteniendo el 51 por ciento de las acciones. El capitalismo popular permitiría democratizar la economía, especialmente en dolarización, porque no hay preocupaciones cambiarias. Además, las acciones se protegen contra la inflación ya que los activos de las empresas están sujetos a revalorización. Sería la base para el desarrollo, ya que al emitirse acciones no solo ganan empresarios, sino que también se genera empleos, se crea riqueza, se pagan impuestos.