REVOLUCION CAPITALISTA EN PERU

El Perú tiene a la fecha seis años de crecimiento económico continuo. La inversión extranjera invade el Perú, a tal punto que en los últimos tres años, el promedio anual de crecimiento equivale a 6,5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Y para 2007, el Perú espera un crecimiento del 7,5 por ciento del PIB, es decir una tasa aún mayor que la lograda por Chile, paradigma de los países exitosos de América Latina, y símbolo del sistema social de mercado inteligentemente aplicado por la concertación democrática (léase socialismo de mercado) que gobierna Chile desde hace 17 años. Mientras en el Ecuador hay un paquetazo tributario contra los pobres a quienes el "socialismo del siglo XXI" dice proteger, el arancel promedio que pagan las importaciones peruanas bordea el 5 por ciento ad valórem. La dinamia de la economía se evidencia cuando se analiza el volumen global del comercio exterior, es decir la suma de exportaciones e importaciones peruanas que ahora representan mas del 40 por ciento del PIB. A efectos comparativos, hasta hace siete años representaba solo el 20 por ciento del PIB. Las ventas peruanas al exterior en la presente década (2001-2006) han tenido un espectacular crecimiento: 218 por ciento. Estas cifras y otras no menos importantes constan en el libro La revolución capitalista en el Perú, del periodista Jaime de Althaus, cuya lectura recomiendo. Y en el ámbito social, el trabajador ya no es esclavo del IESS peruano. Luego de la democratización de la seguridad social, más de 2 millones de trabajadores se benefician ahora del nuevo modelo previsional que acumula mas de US 17 000 millones en libretas de ahorro individual con atractivas tasas de interés para estimular el ahorro de todos quienes trabajan. Este es el Perú de hoy. Un sendero sin duda luminoso pero distinto, positivo, sobre todo pro activo, no resentido, que lleva a cabo aquella revolución silenciosa del progreso y bienestar colectivo, que, reconozcámoslo, inició Fujimori, continuaron Paniagua y Toledo, que provoca sana envidia en muchos países de América, en especial porque su principal impulsor el actual presidente Alan García, es el mismo mandatario que hace mas de 20 años en su primera Presidencia, casi destruye al Perú por la imposición de medidas similares a las que la "revolución ciudadana" pretende aplicar en el Ecuador.