CUANDO HABLAN LOS MILAGREROS DE WALL STREET
Tema(s): En: Hoy 18 oct. 2000, p. A. 4Resumen: Wall Street habló. Un tal Walter Molano, gurú de alguna firma de inversiones neoyorquina, anticipa 'la resurrección' del Ecuador en el 2001. Desgraciadamente aún no hay estabilidad y para la reactivación falta un largo trecho. La dolarización no abatió la inflación. En la actualidad no hay condiciones para fomentar la competitividad real, que no se improvisa como la dolarización. El sector exportador se mantiene como un enclave. Al Estado se le despluma; a punta de privatizaciones no se avizora su modernización. La deficiencia del sistema educativo y la ausencia de políticas de desarrollo tecnológico son inocultables. El sistema financiero sigue patojo. No hay propuestas de promoción al aparato productivo, ni hay una concepción estratégica para aprovechar posibles ventajas en el mercado mundial. La creciente inequidad aumenta los conflictos distributivos. Y tampoco asoma un equipo económico, ni siquiera un ministro de Economía, con capacidad de liderar un amplio proceso que nos permita a todos construir la competitividad real.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Hoy. 18 oct. 2000, p. A. 4 | Disponible |
Wall Street habló. Un tal Walter Molano, gurú de alguna firma de inversiones neoyorquina, anticipa 'la resurrección' del Ecuador en el 2001. Desgraciadamente aún no hay estabilidad y para la reactivación falta un largo trecho. La dolarización no abatió la inflación. En la actualidad no hay condiciones para fomentar la competitividad real, que no se improvisa como la dolarización. El sector exportador se mantiene como un enclave. Al Estado se le despluma; a punta de privatizaciones no se avizora su modernización. La deficiencia del sistema educativo y la ausencia de políticas de desarrollo tecnológico son inocultables. El sistema financiero sigue patojo. No hay propuestas de promoción al aparato productivo, ni hay una concepción estratégica para aprovechar posibles ventajas en el mercado mundial. La creciente inequidad aumenta los conflictos distributivos. Y tampoco asoma un equipo económico, ni siquiera un ministro de Economía, con capacidad de liderar un amplio proceso que nos permita a todos construir la competitividad real.
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