EL COSTO DE LA CRISIS

Los créditos vinculados y malos manejos del sistema bancario, combinados con la profunda desconfianza de los clientes de la banca y la creciente especulación, desencadenaron en la peor crisis económica del Ecuador, que, si bien es cierto se inició en 1994, determinó el comportamiento de la economía hasta inicios de la presente década. El costo de la crisis, como ha sido intensamente difundido, bordeó los US 8.000 millones. Toda la emisión de dinero inorgánico, que en su momento fue solicitada por el Gobierno de turno, se revirtió al Banco Central como una serie de activos e inmuebles; estos recursos, que han sido titularizados a nombre del Banco Central son realmente recursos de los ecuatorianos. Debido a la imposibilidad de diseñar un mecanismo directo de entrega de esos recursos, deberían revertirse al Gobierno Central a fin de que, a través de inversión, sean los más pobres los únicos beneficiarios. Pagos como el realizado recientemente por el Gobierno al Banco Central para comprar el edificio del Banco del Progreso, en Guayaquil, no deberían darse. Los bienes inmuebles que el Central posee, y que fueron adquiridos a través de la emisión inorgánica y el "buen negocio para todos" de las subastas del Banco Central, terminan siendo un buen negocio solamente para esa institución. Sería importante que el Gobierno defina un mecanismo de traslado de los bienes en poder del BCE y que estos sean utilizados en beneficio de la población.