EUROPEAN CURRENCY A CREDIBLE DATE?
Tema(s): En: The New York Times 29 ene. 1996, p. A.7Resumen: La amenaza del fin del crecimiento económico de Europa (una posibilidad real después del descenso de Francia y Alemania desde finales del año pasado) podría forzar a los líderes europeos a postergar la adopción de una moneda común hasta la próxima década. Francia tuvo un déficit del 5 por ciento del PIB en 1995 y muy difícilmente podría reducirlo a no más del 3 por ciento para 1997, como lo pide el tratado de Maastricht. Con un alto desempleo (cerca del 12 por ciento) los franceses prefieren crear puestos de trabajo antes que disminuir el défit fiscal. Los alemanes no están seguros de que sea una buena idea abandonar la fortaleza del marco. El tratado de Maastricht de 1991, por otra parte, sí permite cierta flexibilidad en cuanto a los plazos. Todo esto puede pesar en la reunión que tendrá lugar en Italia esta primaveram y que quizá modifique los plazos de la unión monetaria, a pesar de las declaraciones en contrario de algunos líderes.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | RESUM-005948 (Navegar estantería(Abre debajo)) | The New York Times. 29 ene. 1996, p. A.7 | Disponible |
La amenaza del fin del crecimiento económico de Europa (una posibilidad real después del descenso de Francia y Alemania desde finales del año pasado) podría forzar a los líderes europeos a postergar la adopción de una moneda común hasta la próxima década. Francia tuvo un déficit del 5 por ciento del PIB en 1995 y muy difícilmente podría reducirlo a no más del 3 por ciento para 1997, como lo pide el tratado de Maastricht. Con un alto desempleo (cerca del 12 por ciento) los franceses prefieren crear puestos de trabajo antes que disminuir el défit fiscal. Los alemanes no están seguros de que sea una buena idea abandonar la fortaleza del marco. El tratado de Maastricht de 1991, por otra parte, sí permite cierta flexibilidad en cuanto a los plazos. Todo esto puede pesar en la reunión que tendrá lugar en Italia esta primaveram y que quizá modifique los plazos de la unión monetaria, a pesar de las declaraciones en contrario de algunos líderes.
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