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PETROLEO: HAY QUE APRENDER A GANAR

Por: Tema(s): En: El Comercio 15 sep. 2000, p. A. 4Resumen: El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, exhibió las cifras de la industria petrolera a escala mundial y luego explicó los detalles de cómo funciona el negocio. En el primer semestre de este año, la oferta petrolera mundial llegó a los 76 millones de barriles diarios. De esta cifra, los productores agrupados en la Organización de Exportadores de Petróleo (OPEP) ofertaron 27,3 millones de barriles por día (36 por ciento). Los otros 48,7 millones, el grueso de la oferta (64 por ciento), lo pusieron los países productores no asociados a la OPEP. Los 10 principales consumidores: Estados Unidos , Japón, Rusia, Alemania, Corea del Sur, México, Francia, Canadá, Italia y Reino Unido absorben 43,3 millones de barriles diarios. Esto implica que los principales consumidores (entre los que constan 2 productores: México y Rusia) captan el 57 por ciento de la producción mundial del energético. Al revisar el consumo, país por país, se advierte que Estados Unidos es, de lejos, el que tiene el mayor nivel de dependencia petrolera: consume 20 millones de barriles diarios (el 26,3 por ciento de la oferta total), seguido de Japón (5,5 millones), Rusia (3,1 millones), Alemania (2,8 millones), Corea del Sur (2,2 millones), México (2,1 millones), Francia y Canadá (2 millones cada uno) e Italia y Reino Unido (con 1,8 millones cada uno). ¿Qué revelan estas cifras? Primero, permiten entender el alcance de la crisis en su doble vertiente: la de la producción y la del consumo. En el primer caso, el tema es más complejo de lo que parece, pues el precio del crudo no es un valor que se endosa, en el ciento por ciento, a favor del productor. El precio del crudo para el consumidor final tiene tres componentes esenciales. Uno: el costo de materia prima. Segundo: los impuestos al consumidor que le cargan los respectivos estados a sus ciudadanos. Tercero: el margen de comercialización que se llevan las empresas que operan en el mercado petrolero. Y ahí está la clave. En EE.UU., la materia prima registra el 38 por ciento del precio final al consumidor de cada barril; los impuestos representan el 33 por ciento, y las empresas comercializadoras se llevan el 30 por ciento. En este caso, la ecuación muestra cierto equilibrio, algo que no ocurre en países como Francia, Italia y Reino Unido, donde los impuestos a los consumidores han llegado a niveles insostenibles (71, 70 y 68 por ciento, respectivamente). ¡Y se pretende endosar la crisis únicamente a los productores!
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El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, exhibió las cifras de la industria petrolera a escala mundial y luego explicó los detalles de cómo funciona el negocio. En el primer semestre de este año, la oferta petrolera mundial llegó a los 76 millones de barriles diarios. De esta cifra, los productores agrupados en la Organización de Exportadores de Petróleo (OPEP) ofertaron 27,3 millones de barriles por día (36 por ciento). Los otros 48,7 millones, el grueso de la oferta (64 por ciento), lo pusieron los países productores no asociados a la OPEP. Los 10 principales consumidores: Estados Unidos , Japón, Rusia, Alemania, Corea del Sur, México, Francia, Canadá, Italia y Reino Unido absorben 43,3 millones de barriles diarios. Esto implica que los principales consumidores (entre los que constan 2 productores: México y Rusia) captan el 57 por ciento de la producción mundial del energético. Al revisar el consumo, país por país, se advierte que Estados Unidos es, de lejos, el que tiene el mayor nivel de dependencia petrolera: consume 20 millones de barriles diarios (el 26,3 por ciento de la oferta total), seguido de Japón (5,5 millones), Rusia (3,1 millones), Alemania (2,8 millones), Corea del Sur (2,2 millones), México (2,1 millones), Francia y Canadá (2 millones cada uno) e Italia y Reino Unido (con 1,8 millones cada uno). ¿Qué revelan estas cifras? Primero, permiten entender el alcance de la crisis en su doble vertiente: la de la producción y la del consumo. En el primer caso, el tema es más complejo de lo que parece, pues el precio del crudo no es un valor que se endosa, en el ciento por ciento, a favor del productor. El precio del crudo para el consumidor final tiene tres componentes esenciales. Uno: el costo de materia prima. Segundo: los impuestos al consumidor que le cargan los respectivos estados a sus ciudadanos. Tercero: el margen de comercialización que se llevan las empresas que operan en el mercado petrolero. Y ahí está la clave. En EE.UU., la materia prima registra el 38 por ciento del precio final al consumidor de cada barril; los impuestos representan el 33 por ciento, y las empresas comercializadoras se llevan el 30 por ciento. En este caso, la ecuación muestra cierto equilibrio, algo que no ocurre en países como Francia, Italia y Reino Unido, donde los impuestos a los consumidores han llegado a niveles insostenibles (71, 70 y 68 por ciento, respectivamente). ¡Y se pretende endosar la crisis únicamente a los productores!

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