GEOPOLITICA Y TLC
Tema(s): En: El Comercio 23 feb. 2005, p. A. 5Resumen: Si Alemania y Francia aprendieron en el escarmiento de guerras devastadoras a entenderse y compenetrarse, pasando por encima de las diferencias étnicas y lingüísticas, ¿cómo no cultivar fraterna amistad entre Colombia y Venezuela y cómo no prohijar intenso comercio, inversiones recíprocas y empresas compartidas? Se dice lo anterior porque la marginación de Venezuela de las negociaciones andinas del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos pudiera suscitar la tendencia a volvernos neciamente las espaldas. Inclinación a contrapelo de la realidad geopolítica que a su turno podrían auspiciar la abundancia petrolera de nuestro vecino y su sensación de soberbia suficiencia. Ni lo uno ni lo otro autorizan a echar a pique el proceso de integración que se ha venido cumpliendo y sus perspectivas en el ámbito suramericano o latinoamericano. Al TLC no es prudente ni justo darle carácter de panacea con la capacidad milagrosa de sacarnos del atraso y de curar todos nuestros males. Con buen juicio, la ronda de Cartagena no precipitó las cosas, sino optó por alargar concienzudamente las negociaciones. Sea la oportunidad de despejar incógnitas y de conciliar los criterios a la luz de la justicia y del derecho de los pueblos a desarrollarse.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 23 feb. 2005, p. A. 5 | Disponible |
Si Alemania y Francia aprendieron en el escarmiento de guerras devastadoras a entenderse y compenetrarse, pasando por encima de las diferencias étnicas y lingüísticas, ¿cómo no cultivar fraterna amistad entre Colombia y Venezuela y cómo no prohijar intenso comercio, inversiones recíprocas y empresas compartidas? Se dice lo anterior porque la marginación de Venezuela de las negociaciones andinas del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos pudiera suscitar la tendencia a volvernos neciamente las espaldas. Inclinación a contrapelo de la realidad geopolítica que a su turno podrían auspiciar la abundancia petrolera de nuestro vecino y su sensación de soberbia suficiencia. Ni lo uno ni lo otro autorizan a echar a pique el proceso de integración que se ha venido cumpliendo y sus perspectivas en el ámbito suramericano o latinoamericano. Al TLC no es prudente ni justo darle carácter de panacea con la capacidad milagrosa de sacarnos del atraso y de curar todos nuestros males. Con buen juicio, la ronda de Cartagena no precipitó las cosas, sino optó por alargar concienzudamente las negociaciones. Sea la oportunidad de despejar incógnitas y de conciliar los criterios a la luz de la justicia y del derecho de los pueblos a desarrollarse.
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