BRASIL : INFLACION Y NERVIOSISMO
Tema(s): En: Líderes 25 nov. 2002, p.Resumen: Buena parte de lo que Brasil exporta tiene precios en dólares, de modo que la economía se beneficia por el tipo de cambio. Pero para el consumidor el efecto es que los precios de los productos importados son altos, aunque también los de los productos nacionales, porque el productor puede cobrar precios más altos en reales y aún así ser competitivo en el mercado internacional. El resultado de esto es que los precios al por mayor subieron un 17 por ciento en 17 meses, según la Asociación Nacional de Instituciones de Mercado Abierto. Los precios al consumidor han subido 8,5 por ciento. La moneda se devaluó 30 por ciento desde enero, en gran parte porque los inversionistas se han preocupado por la elección de "Lula". Temen que el gobierno se vea tentado a permitir un aceleramiento de la inflación como forma de relajar la restricción fiscal imprimiendo dinero para impulsar el gasto de los consumidores, o financiar programas sociales, como el de bonos de alimentos para 10 millones de familias. El Banco Central pronostica una inflación del 8,2 por ciento para 2003, por arriba de su objetivo del 6,5 por ciento.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | Líderes. 25 nov. 2002, p. | Disponible |
Buena parte de lo que Brasil exporta tiene precios en dólares, de modo que la economía se beneficia por el tipo de cambio. Pero para el consumidor el efecto es que los precios de los productos importados son altos, aunque también los de los productos nacionales, porque el productor puede cobrar precios más altos en reales y aún así ser competitivo en el mercado internacional. El resultado de esto es que los precios al por mayor subieron un 17 por ciento en 17 meses, según la Asociación Nacional de Instituciones de Mercado Abierto. Los precios al consumidor han subido 8,5 por ciento. La moneda se devaluó 30 por ciento desde enero, en gran parte porque los inversionistas se han preocupado por la elección de "Lula". Temen que el gobierno se vea tentado a permitir un aceleramiento de la inflación como forma de relajar la restricción fiscal imprimiendo dinero para impulsar el gasto de los consumidores, o financiar programas sociales, como el de bonos de alimentos para 10 millones de familias. El Banco Central pronostica una inflación del 8,2 por ciento para 2003, por arriba de su objetivo del 6,5 por ciento.
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