ECONOMIA: SEÑALES DE ALARMA
Tema(s): En: El Comercio 6 abr. 2002, p. A.5Resumen: Al terminar el debate sobre la política económica convocado por el senador Luis Guillermo Vélez, preocupan cuatro inquietantes luces rojas: deuda externa agobiante, gasto público disparado, déficit fiscal en ascenso y bomba de tiempo pensional. Lo peor de todo es que no hay señales en el sentido de que la situación esté mejorando. En un panorama tan confuso comienza a surgir el fantasma de la insostenibilidad fiscal y la necesidad de una reestructuración de las obligaciones. A corto plazo existe un círculo vicioso. El país debe efectuar cuantiosas amortizaciones y como, a la vez, hay que pagar 4,3 por ciento de intereses se hace necesario emitir nueva deuda para cumplir las obligaciones vigentes. En el 2003, la situación no luce muy distinta. A mediano plazo, el problema es muy distinto y se refiere a la cuantía y a la calidad del gasto público. Los equipos económicos de los candidatos presidenciales deben presentar desde ahora propuestas creíbles para cambiar la maligna tendencia.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 6 abr. 2002, p. A.5 | Disponible |
Al terminar el debate sobre la política económica convocado por el senador Luis Guillermo Vélez, preocupan cuatro inquietantes luces rojas: deuda externa agobiante, gasto público disparado, déficit fiscal en ascenso y bomba de tiempo pensional. Lo peor de todo es que no hay señales en el sentido de que la situación esté mejorando. En un panorama tan confuso comienza a surgir el fantasma de la insostenibilidad fiscal y la necesidad de una reestructuración de las obligaciones. A corto plazo existe un círculo vicioso. El país debe efectuar cuantiosas amortizaciones y como, a la vez, hay que pagar 4,3 por ciento de intereses se hace necesario emitir nueva deuda para cumplir las obligaciones vigentes. En el 2003, la situación no luce muy distinta. A mediano plazo, el problema es muy distinto y se refiere a la cuantía y a la calidad del gasto público. Los equipos económicos de los candidatos presidenciales deben presentar desde ahora propuestas creíbles para cambiar la maligna tendencia.
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