TLC: LLEGO LA HORA
Tema(s): En: El Comercio 24 mayo 2005, p. A. 5Resumen: En medio de una encendida discusión entre algunos gremios, el Gobierno, e incluso dentro de este último, la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) cumplió un año la semana pasada y ha entrado en su recta final. Se llegó a acuerdos en algunas de las 24 mesas, varias más se pudieran cerrar en la ronda de Guayaquil, del 6 al 10 de junio, y las conversaciones están muy avanzadas aun en otras. Entre los temas difíciles están el agrícola y el sanitario y fitosanitario. La reacción desproporcionada de los gremios de la palma y los cereales a la nueva oferta que el equipo negociador colombiano presentó hace poco a Estados Unidos ilustra la que será la gran dificultad de esta recta final: la defensa, a capa y espada, de intereses y privilegios particulares. Que "brinquen" sectores afectados es parte de los tires y aflojes normales de la negociación. Pero se entiende mucho menos que el Ministro de Agricultura actúe como vocero casi incondicional de ciertos sectores, o que afloren falta de coordinación y hasta desavenencias entre las distintas instancias nacionales que están a cargo de la negociación. Ahora es cuando empieza la parte difícil en una negociación ya muy compleja y desigual. Eso implica, a la vez, que el Gobierno no se "arruge" frente a la intransigencia de la señora Vargo, la negociadora estadounidense, pero tampoco frente a presiones egoístas o retardatarias internas. Con nueve rondas por detrás y otras dos aún pendientes, llegó el momento de pasar de las pataletas sectoriales a tomar, en serio, las decisiones de fondo necesarias para un acuerdo exitoso, como se ha proclamado que es la política oficial.Tipo de ítem | Biblioteca actual | Signatura topográfica | Info Vol | Estado | Fecha de vencimiento | Código de barras | |
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Analítica de Seriada | BIBLIOTECA ECONÓMICA BCE - QUITO | El Comercio. 24 mayo 2005, p. A. 5 | Disponible |
En medio de una encendida discusión entre algunos gremios, el Gobierno, e incluso dentro de este último, la negociación del Tratado de Libre Comercio (TLC) cumplió un año la semana pasada y ha entrado en su recta final. Se llegó a acuerdos en algunas de las 24 mesas, varias más se pudieran cerrar en la ronda de Guayaquil, del 6 al 10 de junio, y las conversaciones están muy avanzadas aun en otras. Entre los temas difíciles están el agrícola y el sanitario y fitosanitario. La reacción desproporcionada de los gremios de la palma y los cereales a la nueva oferta que el equipo negociador colombiano presentó hace poco a Estados Unidos ilustra la que será la gran dificultad de esta recta final: la defensa, a capa y espada, de intereses y privilegios particulares. Que "brinquen" sectores afectados es parte de los tires y aflojes normales de la negociación. Pero se entiende mucho menos que el Ministro de Agricultura actúe como vocero casi incondicional de ciertos sectores, o que afloren falta de coordinación y hasta desavenencias entre las distintas instancias nacionales que están a cargo de la negociación. Ahora es cuando empieza la parte difícil en una negociación ya muy compleja y desigual. Eso implica, a la vez, que el Gobierno no se "arruge" frente a la intransigencia de la señora Vargo, la negociadora estadounidense, pero tampoco frente a presiones egoístas o retardatarias internas. Con nueve rondas por detrás y otras dos aún pendientes, llegó el momento de pasar de las pataletas sectoriales a tomar, en serio, las decisiones de fondo necesarias para un acuerdo exitoso, como se ha proclamado que es la política oficial.
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