¿FALLO EL MODELO O FALLO ARGENTINA?

Más que discusiones ideologizadas, lo que nos interesa a los ecuatorianos -y a los latinoamericanos, que tenemos muchas cosas en común, especialmente las que nos limitan- es apreciar la experiencia argentina, que aunque no tiene las mismas características que en Ecuador, permita prever y evitar un colapso similar. No es que el modelo era bueno, pero que lo aplicaron mal, es decir, con menor rigidez que la necesaria. Es que un modelo así, de liberalismo a ultranza, no sirve para países con limitación de mercados, en donde la competencia no funciona adecuadamente, con vecinos poderosos que aplican otras medidas, contra las que no hay cómo defenderse. La convertibilidad se aplicó en un momento en que la inflación se había desbocado. Como toda medida de shock, causó efectos positivos en esa dirección: cortó la subida de los precios. Trajo certidumbre y atrajo inversión extranjera, especialmente para la compra de los activos que se privatizaban, y no necesariamente para aumento de la oferta de bienes y servicios. ¿Puede aplicarse un modelo liberal a ultranza en una economía latinoamericana? La experiencia argentina dice que no, y eso que es una economía mucho menos dependiente del exterior que la ecuatoriana. ¿Falló el modelo o falló Argentina? Probablemente los dos. Lo cierto es que, como dice un expresivo titular de prensa, Argentina contiene la respiración, porque salir de la convertibilidad no es posible sin otro tremendo shock.